En los cuatro años bajo la administración de Innova, no hemos aprendido de nuestros errores.
1. Carencia en la banca de suplentes: En los últimos años, el equipo de Sporting Cristal no ha tenido una banca capaz de sostener el campeonato (Apertura y Clausura). Además, nos hemos dado el lujo de prestar a Alejandro Duarte y a Rafael Lutiger, debilitando aún más el plantel.
2. Manejo inconsistente de la disciplina y conflicto de interés: Desde que Innova asumió como dueño del club, se ha mostrado firme con los actos de indisciplina, excepto en el caso de Távara. ¿Por qué? ¿Pertenece a AGREF? En 2024, nos deja con un jugador menos, ya que Cristal juega contra Comerciantes Unidos sin contar con él. En 2023, el accidente que tuvo de madrugada en la avenida Aramburú fue minimizado, permitiéndole regresar a los entrenamientos como si nada hubiera pasado. En 2022, en su mejor momento, fue separado por un problema público con su ex pareja.
3. Contrataciones y renovaciones cuestionables: Hay jugadores supuestamente con proyección que llegan al club sin alcanzar un nivel mínimamente aceptable: Adrián Ugarriza, Guadalupe Quembol, Juan Sánchez, Gonzalo Aguirre, Alejandro Hohberg, Fernando Pacheco, entre otros, ocupando el espacio de jugadores de reserva.
4. Inestabilidad en la dirección técnica: Hemos contratado a dos técnicos brasileños: Thiago Nunes, quien no completó un proceso ni la planificación prometida, y Enderson Moreira, cuya continuidad en 2024 es incierta. Es preferible contratar a un técnico que conozca el medio y la idiosincrasia del fútbol peruano.
5. Cuestionamientos éticos: ¿De qué manera beneficia que el presidente de Sporting Cristal, Joel Raffo, sea el vicepresidente de la Comisión Organizadora de las Competencias de la FPF? Es preocupante saber que la cabeza de la federación es Agustín Lozano, sobre quien la Fiscalía ha solicitado casi siete años de prisión por enriquecimiento ilícito.
Si el club necesita ser sostenible hoy en día, es gracias a la publicidad, la taquilla, el merchandising y la clasificación a Copas Internacionales. No ir a un torneo internacional y no aprender de estos errores es como dispararnos en los pies.
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